jueves, 30 de octubre de 2014

¿Por qué es importante el dolor?

El dolor es una sensación que informa al sistema nervioso que algo está dañando al organismo, ya que es un indicador de lesión tisular. Pueden sentirlo todos los organismo que posean un sistema nervioso. Muchos tejidos corporales, como los que constituyen la piel, los vasos sanguíneos, los músculos y las vísceras poseen receptores para dolor: son los llamados nociceptores, que responden a las lesiones producidas (pueden censar temperatura, lesiones mecánicas, salida de iones como indicadores de daño a las células componentes de ese tejido). 
La percepción del dolor tiene valor adaptativo positivo, ya que permite al organismo reconocer aquello que es nocivo, y efectuar una respuesta tendiente a evitarlo.
La percepción del dolor es importante y no puede ser entendida únicamente como una sensación. El dolor tiene una función biológica clara como indicador de que una alteración nociva está ocurriendo en el organismo; de que algo no funciona bien... A través de los nociceptores percibimos sensaciones dolorosas cuando éstos son estimulados. La mayor parte son terminaciones nerviosas libres de distinto grosor. Cuando las células se lesionan o dañan, liberan sustancias químicas que los estimulan. A pesar del dolor, nuestro Sistema Nervioso cuenta con mecanismos capaces de producir analgesia. Son mecanismos neurales que reducen la sensibilidad al dolor. En 1975 se demostró que el Sistema Nervioso contenía péptidos opiáceos endógenos (endorfinas), que tenían propiedades farmacológicas de la morfina.



LA VIDA SIN DOLOR: ¿Qué ocurriría si no sintiéramos dolor?:



El dolor es un sistema de alarma que advierte al cuerpo de que algo anda mal. Sin embargo, existe una enfermedad muy rara llamada Analgesia Congénita o Insensibilidad Congénita al Dolor (CIPA), que se caracteriza por la existencia de indiferencia ante el dolor, calor, presión, frío, e incapacidad de sudar. Los pacientes con este desorden son muy susceptibles a autolesionarse en zonas que normalmente estaría protegidas de las heridas por el mero hecho de sentir dolor. No temen a las cosas que duelen, pero el coste es muy alto, pueden autolesionarse sin apenas darse cuenta. La incapacidad de sudar pone en peligro sus vidas, ya que el exceso de calor en el cuerpo puede provocar un derrame cerebral. Asimismo nunca sienten hambre. Otros de los principales efectos de este desorden incluyen retraso mental de gravedad variable, infección y cicatrices en la lengua, labios y encías, infecciones crónicas de huesos y articulaciones, fracturas, cicatrices múltiples, osteomelitis y deformaciones articulares, que pueden llegar a necesitar amputación. Los pacientes con este desorden genético pueden no ser capaces de sentir un orgasmo físico. Además, son hiperactivos, algo que complica aún más su condición.

Cuando sentimos algún dolor hacemos lo posible para que desaparezca y tomamos un analgésico. Esto hace que esa especie de desasosiego que crea el dolor se extinga. Cabe preguntarse, entonces, y sólo desde el punto de vista biológico, ¿hay alguna razón que haga bueno tener dolores?
Los receptores sensoriales más sencillos son las terminaciones nerviosas libres, es decir, las terminaciones neuronales que carecen de estructuras especializadas y que detectan los cambios de temperatura y el dolor.

Supongamos por un momento que no nos duele la fractura de un hueso importante como la tibia. Entonces, la ausencia de dolor nos permite seguir moviéndonos de manera que, en poco tiempo, la fractura astille el hueso haciendo que la recuperación sea imposible. En el mismo sentido podíamos hablar de las molestias estomacales que se producen cuando uno abusa de las comidas picantes, antiinflamatorios, etcétera. .  Si no nos fastidiaran, seguiríamos tomándolos y, finalmente, nos provocarían una úlcera más. Qué pasaría si te cortaran el brazo, te apuñalaran, te golpearan fuertemente la cabeza y no sintieras ni la más mínima sensación de dolor, podrías morir de una hemorragia interna sin darte cuenta y todo por no sentir dolor. 
Estudios científicos sobre el dolor nos han proporcionado información de un caso excepcional que, por sí solo, nos da una idea bastante exacta de lo que supone el dolor. Era una mujer que presentaba insensibilidad al mismo, de manera que siendo muy pequeña se había arrancado la punta de la lengua de un mordisco y había tenido importantes quemaduras en las piernas al arrodillarse encima de un radiador para mirar por la ventana. Además, cuando se le aplicaban estímulos dolorosos no respondía normalmente, con respuestas que incrementaran la presión arterial o el ritmo cardiaco. El caso es que llegó a presentar patologías importantes en las articulaciones de la cadera, rodillas, etcétera, que fueron atribuidas a la ausencia de dolor en esas estructuras: como no percibía dolor realizaba determinados movimientos que acabaron produciéndole las lesiones. Falleció a los veintinueve años debido, entre otros problemas, a numerosas patologías en su piel y en sus huesos.
En consecuencia, aunque parezca paradójico y contradictorio, es necesario tener dolor porque es fundamental para la supervivencia.


Para terminar y como curiosidad referente al tema, os dejo el trailer de la película española "Insensibles".


¿Desde cuándo sentimos curiosidad por el Sistema Nervioso?

Me gustaría comenzar este blog haciendo un pequeño repaso sobre cuándo empezó y cómo el interés por investigar y saber más cosas sobre el cerebro, sistema nervioso y todo lo referente a él.

1. Neurociencia en la antigüedad:

Los inicios de la neurociencia se remontan a la prehistoria. Hace aproximadamente unos 10.000 años ya se realizaban perforaciones en el cráneo (trepanaciones). Estas perforaciones no tenían como objetivo matar al individuo sino todo lo contrario, se pretendía sanar al individuo de,por ejemplo, un fuerte dolor de cabeza. Se sabe que no eran letales porque los cráneos presentan cicatrización, lo cual indica que el individuo estaba, y siguió, vivo cuando se realizaron.
Los primeros escritos médicos son de hace unos 5000 años y ya se exponían en ellos las alteraciones mentales y su sintomatología.








(Más inf. : http://jralonso.es/2014/04/09/el-cerebro-en-la-america-prehispanica/)


¿Rol terapéutico o ritual?

2. Antigua Grecia.

Demócrito aporta dos ideas fundamentales al situar el pensamiento en el cerebro y lanzar la idea de que existe una actividad nerviosa de comunicación. Demócrito dice que el cerebro es quien controla las funciones superiores y también habla de actividad nerviosa. No es el primero sino el que más énfasis pone en situarlo en el cerebro.
Hacia el año 400 A.C. Hipócrates vino a enriquecer las ideas de Demócrito. Era un médico de la época que tenía que resolver cualquier cosa del organismo. Observó muchos casos distintos, tenía una amplia observación clínica. Esto le permite distinguir entre enfermedades neurológicas y mentales. Decía que el cerebro era el lugar del intelecto y el órgano que controlaba la conducta. Entre otras cosas, describió la epilepsia, describió lesiones del hemisferio izquierdo con sus manifestaciones en el hemicuerpo derecho, relacionó el pensamiento, la inteligencia y las emociones con el cerebro y llegó a diferenciar ente enfermedad neurológica y enfermedad mental.
Platón, ya en la época de los filósofos, sitúa el intelecto en la cabeza. Comparte la opinión de Hipócrates de ver en el cerebro la parte “más noble” del cuerpo humano.
Para Aristóteles, hacia el 350 A.C. el cerebro sólo refrigera el organismo. Para él, sin haber practicado observaciones sobre cadáveres, las funciones: sensaciones, pasiones e inteligencia residen en el corazón. Esto fue un parón para las neurociencias de siglos porque se estudiaba el corazón y no el cerebro.

3. Imperio Romano:

Herófilo, conocido como el padre de la anatomía, progresó en nuestro conocimiento del sistema nervioso a diseccionar cadáveres tanto de personas como de animales. Entre otras cosas, Herófilo localizó el recorrido de los nervios motores distinguiéndolos de los sensoriales, describió los ventrículos cerebrales y habló de estructuras en el sistema nervioso.
Ya en el s. II D.C. Galeno, a menudo citado como el padre de la Medicina trató heridas de gladiadores y diseccionó algunos animales. También describió los ventrículos y los distinguió de la masa encefálica además de aportar dibujos de la organización del cerebro. Entendió asimismo que el cerebro era el órgano central de la percepción
Durante la Edad Media se desarrolló la doctrina de Galeno hasta que la investigación anatómica en el hombre fue prohibida por la doctrina cristiana.

 

4. Renacimiento


Aún se continuaba con el concepto de los humores. Muy importante fue Descartes, que le otorgó una gran importancia a la glándula pineal. La glándula pineal se comunicaría con la “mente”, la cual almacena las sensaciones y Descartes le otorga un carácter religioso.
El cerebro se diferenció en dos tipos de sustancias: sustancia gris y sustancia blanca.




 

5. S. XVII- XVIII

Se encontraron las diferencias de la sustancia blanca y la sustancia gris. Se propuso la presencia de fibras que conectaban ambas sustancias. Se establecen cuatro importantes premisas sobre el cerebro:
1.       A finales del s.XVIII se sabía que una lesión en el cerebro podía provocar alteraciones en las sensaciones, los movimientos, el pensamiento e incluso causar la muerte.
2.       Se comunica con el cuerpo por los nervios.
3.       Tiene partes diferenciables que probablemente lleven a cabo funciones diferentes.
4.       Funciona como una máquina y sigue las leyes de la naturaleza.


martes, 28 de octubre de 2014

¡BIENVENIDOS!

¡Hola!


Os doy la bienvenida a mi blog, en él voy a intentar desarrollar, comentar y mostrar cosas sobre los Trastornos de la Comunicación, ya que es un tema que me apasiona especialmente. Con motivo del máster que llevé a cabo relacionado con este tema, me gustaría compartir con vosotros algunas de las cosas que realizamos, aprendimos y pudimos ver en él.
Espero que lo disfruten.



¡¡Hasta Pronto!! :)